jueves, 22 de abril de 2010


Hay momentos en los que me gustaría ser como tú. Nunca me enamoro, nunca sufro por nadie, tengo el control de las situaciones y nunca hago el ridículo. Pero...

Tú nunca sabrás lo que es poner una escusa menos creíble que decir que unos extraterrestres han invadido la tierra solo por ver a alguien.
Tú nunca sabrás lo que es tocar al timbre de su casa y decirle "es que pasaba por aquí.." cuando en realidad has cogido 2 autobuses y has andado unos 200 metros para llegar hasta allí, tocar al timbre, y decir "es que pasaba por aquí..".
Tú nunca sabrás lo que es temblar o tartamudear delante de alguien.
Tú nunca sabrás lo que es tocar cualquier tecla del móvil en un intervalo de una vez cada 2 minutos para que se encienda la pantalla y ver si tienes una llamada o un mensaje suyo, aunque si hubiera habido alguna llamada o mensaje el móvil habría sonado pero, por si te lo has dejado en silencio o justo en esa ocasión se rompe el altavoz y no suena, tú lo miras.

Puede que siendo como tú sufras menos. Puede que tengas el control en todas las situaciones. Puede que nunca hagas el ridículo. Pero también puede que nunca te enamores...y solo por esa razón, ya no me merece la pena ser como tú.

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